Podéis poner sobre las croquetas
un poco de mayonesa o lo que queráis para distinguir las de gambas de las de
jamón
·
200 gr de jamón
serrano, en dos lonchas gruesas. Y si te animas, con jamón ibérico te quedarán
increíbles.
·
2-3 huevos (para el
rebozado).
·
Harina.
·
Pan rallado. Nosotros
hemos utilizado pan rallado grueso para un acabado extra crujiente, aunque
puedes utilizar el que más te guste.
·
Aceite para freír.
Nosotros preferimos aceite de semillas o de girasol porque no deja sabor, pero
puedes utilizar aceite de oliva si lo prefieres.
·
Para la salsa
bechamel casera:
o
1 litro de leche.
o
80 gr de harina.
o
100 gr de
mantequilla.
o
Una pizca de nuez
moscada.
1. En un cazo a fuego suave incorpora la mantequilla.
2. Cuando esté líquida, aparta el cazo del fuego y
añade la harina. Revuélvelo todo bien rápidamente para que se
forme una pasta homogénea y no queden grumos de harina.
3. A continuación, vuelve a poner el cazo en el fuego,
añade un poco de leche (medio vaso) y sigue mezclando bien.
Cuando se haya integrado todo, añade el resto de la leche y no dejes de remover
con unas varillas, para que no se te pegue en el fondo ni se formen
grumos. Recuerda tener el fuego suave. Un buen TRUCO es tener
la leche previamente templada o al menos a temperatura ambiente (nunca fría)
para que se integre bien y no se formen grumos.
4. Añade una pizca de nuez moscada y
el jamón cortado en taquitos muy pequeños.
5. Para evitar que no te queden grumos y tenga el
suficiente espesor, el TRUCO es precisamente estar
removiéndola sin parar a fuego suave durante aproximadamente 15-20 minutos.
Estará lista cuando, al remover, se hagan surcos que te dejen ver claramente el
fondo del cazo.
6. Aparta el cazo del fuego, vierte la bechamel en
otro recipiente y déjala enfriar tapada en contacto con papel film para evitar
que se le forme costra. Déjala enfriar primero a temperatura
ambiente y, cuando deje de estar caliente, ponla en la nevera. Puedes preparar
la bechamel de un día para otro (es lo mejor), o simplemente esperar hasta que
se enfríe.
1. Cuando las tengas todas listas, en un cazo
o sartén honda añade abundante aceite.
2. Pon el fuego fuerte, y cuando el aceite esté
bien caliente (sin que llegue a humear), fríelas unos segundos, procurando que
se hagan por todos los lados.
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